Hay mucha maneras de establecer un contacto físico curativo con las personas, pero el sistema de contacto como lo establecen los principios del Zen Shiatsu es el más completo que he experimentado.
Shiatsu quiere decir “presión con los dedos” en japonés.
Es un término bastante abierto, ya que hay muchas maneras de ejercer presión con los dedos en la superficie de la piel.

El sistema de contacto del Zen Shiatsu está organizado siguiendo conceptos como la energía, el yin y el yang, los cinco elementos, los meridianos (canales de energía) y los puntos energéticos (tsubos), originarios de la medicina tradicional china y luego revalorizados en Japón.

En el Zen Shiatsu se necesita que el contacto sea:
Perpendicular a la superficie de la piel (no una presión paralela como en el masaje sueco, por ejemplo y tampoco se usan aceites o instrumentos).
Estacionario, es decir que al entrar en contacto con el punto que queremos tocar, no hay movimientos rotatorios ni de ningún otro tipo.
Continuo, de manera de mantener la coherencia de la intención en el contacto, siguiendo el trayecto de un meridiano específico.
Ambas manos están en contacto con el cuerpo, mientras una presiona en un punto, la otra “escucha” el efecto que genera.
La presión que se aplica no es generada por la fuerza muscular, sino por la proyección del peso relajado del cuerpo del practicante, sobre el punto de contacto.

Hay varios principios más que se refieren al estado que el practicante debe tener para poder entrar en un contacto de escucha activa, compasión y atención plena de conciencia que quizás se puedan resumir en la palabra Zen (que quiere decir contemplación), elemento esencial del Zen Shiatsu.
Esta actitud o estado, es el valor fundamental al que apuntamos al atravesar el entrenamiento como practicante. Evocar la calma, el aplomo, la individualización sin perder el contacto con el otro, el sentir que estamos ocupando en nuestro lugar en el mundo, son habilidades que cada vez hacen más falta.
Es un aporte que en sí mismo, más allá de las técnicas y procedimientos físicos que son muy eficaces, ayuda al que recibe Zen Shiatsu a manejar un dolor físico, emocional o mental y ayuda a bajar la tensión en cualquier situación de crisis.
El efecto es inmediato y multiplicador, ya que más allá del individuo la mejoría impacta y genera cambios a nivel familiar y laboral.
Para recibir una sesión individual, experimentar el camino de entrenamiento como practicante, o llevar una herramienta de manejo de crisis a los grupos u organizaciones a los que pertenezcas, contáctanos AQUI.

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