¡¡Hay tantas perspectivas desde dónde mirar la dinámica de las decisiones!!
Por ejemplo, hay una diferencia entre elección y decisión.
La elección es interna, íntima, no siempre conlleva acción visible, no necesariamente se exterioriza. Uno elige cómo ver el mundo, la realidad, el universo y eso trae consecuencias profundas. La diferencia básica esta entre elegir:
A- el mundo es un lugar hostil y debo defenderme.
B- el mundo es un lugar benévolo y puedo entregarme a disfrutarlo.
Elegimos nuestras creencias y eso determina cómo nos inserimos en el mundo. Acostumbrado a intercambiar experiencias con personas que tienen interés en la espiritualidad, muchas veces veo lo común que es vivirla desde el miedo (A- el mundo es hostil y debo defenderme), como una lucha entre buenos y malos. Los esfuerzos por protegerse, perpetúan una dualidad que termina siendo castigadora, si uno no hace el ritual en tiempo y forma, o lleva siempre consigo el amuleto, para asegurarse. No quiere decir que uno no deba protegerse de algunas amenazas reales que andan por la calle, pero según cómo viva esa experiencia puede ser un calvario constante (incluso en la ausencia de una amenaza real), o un detalle más de la vida en el planeta que nos tocó.
En la perspectiva del Shiatsu (y la de la Medicina Tradicional China) elegimos desde la energía de Intestino Delgado, que es el que selecciona y asimila lo que nos sirve, para luego integrarlo. También deja pasar lo que no nos sirve, para desecharlo. De acuerdo a quiénes somos, es que elegimos una u otra cosa para nosotros, por lo que va íntimamente ligado a la identidad. Si no sé quién soy, no sabré elegir lo correcto para mi.
Las decisiones se toman desde la energía de la Vesícula Biliar y una vez tomadas, se ejecutan desde la energía del Hígado, que además tiene las funciones de planificación y administración de recursos para obtener el objetivo deseado. Por ejemplo, el coraje para luchar y cambiar las cosas, reside en esta área, lo mismo que la rabia y la frustración, cuando no logramos hacerlo.
La energía de estos órganos a su vez está regulada desde el Tercer Chakra (en el sistema del Ayurveda de la India) cuyo derecho principal es el Derecho a Hacer. Aquí se abre un capítulo gigante que es mejor experimentarlo, por ejemplo haciendo ejercicios sencillos de activación de los chakras, para tener una idea sensorial de lo que significan para cada uno. Es muy común que al hacer los ejercicios, uno obtenga información precisa de cómo usa esa energía de acción, o los obstáculos que tiende a encontrarse regularmente cuando quiere actuar o hacer las cosas. Las posibilidades son tan variadas como personas hay en el mundo, por lo que teorizar sobre esto, es en el mejor de los casos, un cuento muy largo como para este artículo.
Es interesante también ver otra posible perspectiva, que veo muy comúnmente en mi práctica clínica: la dinámica transgeneracional.
¿Cuantas veces elegimos desde el control remoto del mandato familiar sin tener idea que lo estamos haciendo? Uno elige esposa, trabajo, amigos e incluso enfermedades de acuerdo no sólo a la identidad individual, sino al lugar que ocupa en su familia de origen y a los mandatos familiares que le toquen en suerte. A veces te puede tocar un buen mandato, como despilfarrar la fortuna del abuelo en arte o filantropía, pero asumamos que de los mandatos que conocemos de la vuelta, lo general es que nos toque el de sacrificarse por los hijos, ser leales a repetir la bancarrota de algún pariente lejano, anularse por el trabajo, ejercer o padecer la violencia familiar, etc. Si uno se diese cuenta que no es sólo uno que decide, podría hasta desligarse de los mandatos con los que no esta de acuerdo y liberarse de esas injerencias a la hora de elegir. No es tan complicado como podría parecer, y lo deja a uno livianito después de soltarlos.
Me encanta cuando los jóvenes acceden a esta información y la usan. Me conmueve cuando nos agarra más viejos y nos damos cuenta de lo que nos perdimos de elegir antes. A mis maduros 25 años, recibí mi primer sesión de shiatsu y quedé en shock (el mecanismo de shock es otra de las funciones de la energía del Intestino Delgado, que se activa cuando no podemos asimilar la experiencia que estamos viviendo para dejarla en “stand-by” hasta nuevo aviso). El shock fue de lo bien que me sentí. Me duró poco, porque salí corriendo a buscar un libro de shiatsu y ahí cambió mi vida. Pero, me dio pena también: me dije -pucha! y cómo fue que me perdí esto hasta ahora? Qué desperdicio!
Sabé elegir esta vez y acercate a alguno de mis talleres sobre el tema.