relación espiritual

Todos tenemos afinidades energéticas con personas, lugares, o momentos específicos del día, pero pocas veces nos damos cuenta de cuáles son las fuerzas de la naturaleza que nos hacen sentir mejor, o nos debilitan.

¿Te deprimen los días nublados? ¿Te irrita el viento o la brisa? ¿Te cambia el humor cuando sentís el calor del sol en tu piel?

Por ejemplo, yo tengo una gran afinidad con las nubes y las disfruto a diario, pero las personas afectadas por el S.A.D. (que quiere decir tristeza, pero es un acrónimo de trastorno afectivo estacional, por sus siglas en inglés), es un tipo de depresión que le da a algunas personas sólo en invierno, por la falta de luz del sol. La ciencia ofrece una explicación química para esto, pero en las tradiciones de culturas milenarias esto indica una mala relación espiritual con ese elemento de la Naturaleza en particular.

¿Qué quiere decir “tener una relación espiritual con la Naturaleza”?

Nuestra relación con el Universo, es influenciada de acuerdo a arquetipos que operan a nivel inconsciente y se reflejan en los elementos de la Naturaleza. En el Ayurveda de la India, la medicina tradicional china, las tradiciones andinas y otros sistemas de salud, hay maneras de distinguir las afinidades arquetípicas con los elementos, a través de signos físicos, emocionales o mentales de la persona y uno puede tratarse de acuerdo a si es más Fuego, Agua, o Tierra, por ejemplo. Ni que hablar de los signos de la astrología, que son muy difundidos hoy en día, también agrupados de acuerdo a los elementos.

En esas culturas se manejan referencias cotidianas que reflejan esta relación a los elementos y a pesar que nosotros hemos perdido bastante la costumbre, alguien que tiene un dolor de cuello por un “golpe de aire”, o alguien que anda “volado”, en realidad evoca la dinámica del Viento que afecta directamente el sistema musculoesquelético (particularmente sensible en la zona del cuello –tortícolis o contracturas) y que además confunde los pensamientos (como cuando alguien esta bajo el efecto de las drogas, la otra acepción de “volado”), o hace que los pensamientos o acciones cambien bruscamente de dirección (la enfermedad de Parkinson también es un desequilibrio del Viento en el cuerpo).

La humedad afecta la digestión, la sequedad afecta los pulmones y el intestino grueso, el calor afecta el corazón, el agua y el frío afectan los riñones y la vejiga. Estos elementos y climas de la Naturaleza no son sólo externos. Nosotros podemos generar un clima interno de viento, a base de frustraciones por ejemplo, que se transformen en rabia y afecte el hígado.

Volviendo a las nubes: en el caso del S.A.D., cuando se establece que el problema es la falta de luz solar, en términos espirituales nos indica que tenemos una relación especial con el Sol (que además simboliza al padre, o lo superior) y que hay un desequilibrio allí. Sabiendo que es una de las fuerzas que nos debilita cuando nos falta, podemos dedicar mayor atención a nutrir nuestra relación con ella.

La tradición Incaica, o el yoga, son ejemplos donde se pueden encontrar rituales de conexión con la energía del Sol a través de ejercicios o meditaciones. En el chamanismo, uno puede establecer una relación directa con cualquier elemento de la Naturaleza. Esto es lo que hacemos en los retiros en La Pedrera, que es un lugar ideal para descubrir, o renovar, estas conexiones con los elementos.

Descubrir qué es lo que nos apoya, también nos hace conocernos mejor energéticamente y entender porqué hacemos las cosas de una manera y no de otra.

Yo necesito movimiento, variación, espacio, luz y cambio constante porque en términos chamánicos, pertenezco a la “familia espiritual” de las Nubes.

¿A qué familia espiritual perteneces tu? .-

Conectando con la energía del Sol, las Nubes, el Cielo, el Mar y la Tierra en La Pedrera, Uruguay. MAS INFO

El cielo y las colinas de Vinci, donde nació el gran Leonardo, Toscana, Italia. RETIRO EN TOSCANA MAS INFO AQUI