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Baile en Lima

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The City of Lima (the name taken from the original tribe that inhabited the area) was built right on the desert. The calmness of the ocean on its shores made it a convenient place for a harbour. It’s where the El Niño and Humboldt streams meet, allowing for frequent foggy days, but no rain. It hasn’t rained here since 1973. 
It has 10 million inhabitants, the same as New York. 

NYC has 20.000 taxis, but Lima has 200.000, so traffic is nothing but daunting. 
Walking is a pleasure here though. I came across this gathering at Parque Kennedy, a public square in barrio Miraflores where there are so many stray cats it seems they spring from the earth like the flowers of the impeccably manicured lawn. These dancers don’t dare stepping onto the lawn nor on each other’s toes, for they elegantly swing into the Saturday afternoon. I could not resist the pull of the dancing crowd and I joined el baile for a few steps, before I continued on my way. 

Un refugio en la montaña

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Cada lugar vibra de una manera especial. Yo crecí junto al océano y reconozco que lo busco y me hace bien, por eso construí mi casa frente al mar. 

Pero también me equilibra la montaña, donde “la Tierra está arriba”.  

Para la mayoría de los animales, la seguridad está en la tierra; en la cueva, la madriguera, o afirmando sus garras o pezuñas para correr o atacar.  Para los pájaros es al revés. Su seguridad y sustento está en el aire. 

En la montaña, mi sensación personal es que todo va hacia arriba y que desde arriba se establece el orden. Como si uno estuviera sostenido como los títeres, que reciben sus comandos de movimiento desde algo que los maneja desde más arriba que la cabeza. Allí está la claridad y también la seguridad. 

En el lenguaje que me va enseñando mi intuición, quiere decir que en la montaña mi arraigo viene de lo alto, no desde mis pies, como lo siento en la mayoría de los lugares que habito

La montaña me recuerda la conexión con lo liviano, pero también con la dureza de la vida allí.  A veces, me es irresistible poner a prueba estos extremos. 

Esta vez  salí de caminata solo, a 3500 metros de altura, por encima del vuelo de los cóndores. Tomé un sendero equivocado y me perdí durante 6 horas. Cayó el sol y el lecho del río que había elegido  para salir, terminaba en un precipicio imposible de sortear. 

Me asusté. No me daba la fuerza para volver atrás y desandar todo el camino que había ido improvisando paso a paso desde el punto en que perdí el sendero marcado. 

Frente al peligro, también aflora la visión clara y la entrega para dejarme guiar. 

En el último claroscuro del día miré hacia arriba y decidí volver a trepar para reubicarme desde lo alto.  Justo donde estaba, era piedra que se desmoronaba fácilmente, pero me hice liviano, me hice cabra, me hice serpiente y zigzagueé hasta la cima, con el corazón a golpes en el pecho y dando mordidas al aire para respirar el aire demasiado fino de oxígeno. 

Agradecí a las ovejas y las cabras que trillan la montaña buscando alguna hierba dura de arrancar para comérsela. Yo pisaba donde alguna vez había habido alguna pezuña y me agarraba de las mismas hierbas duras con mis manos congeladas para ayudarme a subir. 

Cuando llegué a la cima de ese pico, me recibió un cóndor volando muy cerquita de mi. Levanté mis brazos para recibir la majestuosidad de su presencia, con un dejo de miedo. Me recordó para mis adentros, mi flagrante debilidad en sus dominios. Yo aún no era presa. Pero podía serlo. 

Movió el cuello apenas, como para indicar que registraba mi presencia y siguió.  De ese breve intercambio, yo sentí aliento para seguir.  

Dos pasos más adelante, di la vuelta a una pared de montaña que yo imaginaba me separaba de mi vía de salida hacia abajo. 

Me decepcionó ver que lo que encontré era otra pared de montaña más, casi pelada, sin un sendero y muchos cientos de metros de bajada por hacer. 

Ya bastante oscuro el aire, empapado de sudor, con el frío de una nube estrellando millones de gotitas de vapor de agua en mi cara, sabía que ya no iba a ser yo solo el artífice de la bajada de esa montaña. 

No había elección racional para hacer. Perdido por perdido, cada paso a tomar era un evento en sí mismo. Me enfoqué en hacer los pasos densos, concretos, firmes. Cada pie en su apoyo, con toda la tierra o roca que pudiera haber disponible para sostenerme y recibir la suela de mis zapatos. Cada paso llevaba absolutamente toda mi atención. 

Pensé en mis hijas, en mis padres, mis hermanos, mis ancestros, en las personas que amo, pero dejaron de ser un pensamiento que pudiese distraerme y pasaron a ser una intención.  La de salvarme y volver sano. Por ellos y gracias a ellos saldría de allí, pero quedándome tranquilo que siempre di lo mejor que pude dar de mí y que todos seguiríamos nuestro camino en paz, si llegado el momento no nos volvíamos a encontrar. 
Agradecí al sol, al cielo, a las nubes y a las montañas por sostenerme en el desafío y por apoyarme a cada paso. Me unifiqué con ellos y me sentí seguro. 

Pasé de pensar, a sentir. Hice de mi cuerpo una brújula, un giroscopio, un péndulo. Un instrumento que se dejaba manejar hacia adelante, hacia atrás, o a aquietarse. 

Empecé a dejarme llevar por una sensación en el plexo solar equivalente al -sí, adelante, un paso más. Sino, algo como una imán en la espalda, equivalente al -no, detenete y volvé sobre tu huella a buscar otro milímetro más seguro hacia dónde seguir. 

Por más que contradecía a veces mi pensamiento, este vaivén de impulsos me llevó hasta una grieta vertical. Era un tipo de descenso que descartaría racionalmente por lo arriesgado, pero confíe y seguí bajando con manos y pies. 

Cuando ya no se veía nada, escuche voces. Era una familia de indígenas locales, marchando en fila contra el borde del cañón. Les grité y me dirigieron para  terminar mi bajada por un sendero hasta ellos. 

Luego marchamos más de una hora en la noche hasta la población más cercana, sorteando el agua del río, por el fondo del cañón. 

Llegué sano y a salvo, guiado por lo que no se ve y habiéndome encontrado con la esencia de mi vida, una vez más. –

LOS CHAKRAS DE LA TIERRA

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¿Cuáles son los lugares donde aflora más intensamente la energía sanadora de la Tierra?

 

Chakra

quiere decir Rueda o Vórtice

 

Stonehenge

Inglaterra

 

Machu Picchu

Peru

 

Camino de Santiago

España

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Desde hace más de 4000 años, hay textos que describen puntos y canales en la superficie del cuerpo, que tienen características especiales y se usan para la sanación.

En la acupuntura china y el shiatsu (Japón) están alineados exactamente como lo describen los antiguos mapas de los meridianos. Cada uno de esos puntos tiene una cualidad específica, que al ser estimulado con el tacto, agujas, o calor, activa el reflejo de una función relativa al órgano correspondiente y generan una reacción curativa.

En la tradición de la India, esos mapas se referían a otros puntos llamados chakras, una palabra que en sánscrito quiere decir “ruedas”.

Esas ruedas, vórtices, o espirales energéticos que se forman en el cuerpo también tienen cualidades específicas y se han usado durante miles de años para resolver problemas de diversa índole física, emocional, mental y espiritual.

Cada punto de acupuntura es un chakra en sí, es decir vórtices donde se puede acceder a una corriente energética específica en el cuerpo.

La Tierra es un ser viviente y también tiene puntos de acceso a su energía sanadora.

El sistema de la medicina tradicional china o india, se basa en agudizar los sentidos para dejar aflorar la intuición, a través de la cual se puede registrar informaciones sutiles, tales como las ubicaciones y los efectos de estos puntos y corrientes. Nosotros podemos hacer lo mismo, entrenando nuestra intuición, para hacer como los rabdomantes, por ejemplo, que son las personas que encuentran los puntos donde hay acceso al agua subterránea. Es un sistema que va más allá de la lógica tal como la entendemos en occidente, pero que se basa en efectos muy concretos. No hace falta nada especial para aceder a esta información y los animales lo hacen instintivamente.

Así como hay chakras en el cuerpo, hay chakras en la Tierra.

Uno puede darse cuenta de esto cuando llega a un lugar y se siente muy bien inexplicablemente. Lugares hacia donde sentimos una atracción y nos sentimos bien al estar allí, son generalmente vórtices expansivos. Es decir, lugares que emanan una energía que nos nutre y nos sostiene. Otros son vórtices contractivos, donde sentimos que en vez de recibir, perdemos energía.

Esta dinámica se da con mucha variedad de diferencias en pocos metros cuadrados, en cualquier parte del territorio. Es además la base del Feng Shui, el arte chino de sanar el espacio para vivir en armonía con el entorno.

En lugares donde hay aguas termales, es donde aflora una de las cualidades energéticas curativas de la Tierra. Se cultiva su uso desde el tiempo de al civilización Romana y antes también. Pero hay algunos lugares donde se reconoce que aflora un poder mayor. Stonehenge, Machu Picchu, la plaza de San Pedro en el Vaticano, Jerusalem, la mayoría de las iglesias importantes de Europa, Washington DC, la ubicación de la mayoría de los obeliscos y los tótems del mundo, las pirámides de Egipto y México, La Mecca, etc., son lugares donde hay importantes vórtices expansivos de la Tierra y cuyos efectos van más allá de la curación del cuerpo físico. Muchos se han usado como bases del poder político o religioso, ya que la energía que emana de allí es tan potente que da un aire de conexión con la divinidad, a quien lo sepa controlar.

Hay lugares que por su naturaleza vibran diferente que otros y ejercen una atracción especial y son lugares de peregrinaje, como el camino de Santiago que une varios chakras importantes de la tierra, con la ciudad de Santiago de Compostela en España. El cerro Uritorco en Córdoba, Argentina, el Monte Shasta en California, Yellowstone, Hawaii y muchos más, son polos de atracción por su energía natural.

En Uruguay, las sierras de Minas tienen un gran atractivo energético y esa es la razón por la cual se ha construído un monasterio budista allí.

El Valle del Hilo de la Vida donde los indígenas nativos de la zona contruyeron estructuras de piedra que marcan vórtices, es otro de los lugares especiales de Minas, al punto que en un cerro aledaño recientemente se construyó un hotel en un lugar específico donde hay un vórtice muy potente.

El hotel Cerro Místico se construyó con la idea de aprovechar las cualidades curativas del lugar. El hecho que el cerro tiene una gran cantidad de cuarzo, también favorece actividades como retiros de meditación. La Aurora, entre Salto y Paysandú, es otro lugar de gran atractivo energético a nivel mundial.

Los chakras importantes del planeta están cambiando, como cambia todo en los seres vivientes (recomiendo ver videos de Matías Di Stefano sobre este tema), pero también es posible sentirle el pulso energético al lugar donde uno vive y ver cómo cambia, en ciertos momentos o lugares.

Los retiros que organizo anualmente en La Pedrera, otro lugar energéticamente especial, los hago aprovechando los chakras que se forman en la naturaleza y enseño a las personas a descubrir en dónde están y cómo se mueve la energía en cada uno de esos chakras. Es algo que todos podemos hacer y realmente no hace falta ninguna experiencia previa.

En la segunda parte de este artículo daré algunos ejercicios simples que cualquiera puede hacer para descubrir y conectarse con la energía de un lugar.-

VIAJE de MEDITACIONES ACTIVAS A MACHU PICCHU - REUNION INFORMATIVA el MARTES 12 de JULIO a las 19hs en Espacio Matriz Juan Carlos Gómez 1420

El Eje de la Mujer

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EL EJE DE LA MUJER

 

Según la Medicina Tradicional China y el Ayurveda, el eje de la mujer está en equilibrar la energía del Corazón con la del Útero, para descubrir el verdadero poder de la energía creativa: Sentir lo que uno Ama y Amar lo que uno Siente.

Siendo hombre a veces es difícil entender lo que vive una mujer, y eso es un misterio que quiero conservar para mi vida personal. Pero mi entrenamiento en observar y trabajar con la energía de las personas, me da algunas ventanas desde donde ver ciertas dinámicas con las que las mujeres tienen que lidiar a diario, a veces sin siquiera darse cuenta.

Una que observo con bastante frecuencia es la desconexión del sentir con el amar, que en términos energéticos es una interrupción del fluir de la energía en el Meridiano del Corazón-Utero* (conocido como Bao Mai, en la medicina tradicional china).

 

Creo que es necesario aclarar que cuando observo esta dinámica, no es una conclusión mental que pueda deducir del comportamiento de una mujer. Muy al contrario, casi nunca tengo el tiempo para siquiera intentar ese camino, que sería más apropiado para una terapia psicológica de más extensa duración en el tiempo. Es una observación que hago en los primeros 5 minutos de una sesión de Zen Shiatsu** como parte de la evaluación de rutina, para decidir cuáles son los meridianos a trabajar durante una sesión. Es una información 100% intuitiva, pero obtenida a través de un sistema muy organizado y claro, que tiene más de 4500 años y que no deja de sorprenderme, día a día, por la rapidez y la precisión que tiene.

Es complejo explicar cómo funciona esta evaluación energética (aunque en realidad es simple), sólo digamos que requiere algunos años de práctica para poder hacerlo así de rápido. De todas formas, lo interesante viene después: cómo interpretar la información para que adquiera significado para la persona y podamos ayudarla a dar los pasos que necesite para cambiarla. De acuerdo al cómo hace la persona esta interrupción del flujo entre el Corazón y el Utero (no todas lo hacen igual) podemos entender la idiosincracia única e irrepetible del desequilibrio que padece. Es el detalle que completa la foto y la llave que nos permite develar la forma de generar el cambio necesario para esa persona en particular.

 

Debo aclarar que no es una dinámica exclusiva de las mujeres y el Bao Mai* también existe en los hombres (tiene una relación con lo que podríamos llamar la próstata), sólo que en mi práctica clínica, las mujeres son las más afectadas por desequilibrios en esta área. Creo que hay un factor cultural que hace que a los hombres no los afecte tanto esa desconexión (aunque tiene importantes consecuencias), pero que a las mujeres las afecta en la profundidad de su ser desde el momento que viven más intensamente las emociones y su conexión con el cuerpo.

Algunos tipos de infertilidad, incapacidad de conectar con un embarazo, cesárea, abortos, depresión, frigidez, inseguridad, baja autoestima, ansiedad, desconexión con la creatividad, falta de identidad, incapacidad de disfrutar en cualquier sentido, falta de decisión, elecciones erróneas de pareja, son algunas de las posibles manifestaciones del desequilibrio en este meridiano. La Sangre (en mayúscula porque en la medicina china es un órgano en sí misma y tiene múltiples funciones energéticas, además de físicas) es el factor común que comparten el Corazón y el Utero.

Para darles una imagen de esta conexión, podemos ver al útero como algo similar a un corazón: el útero es una cavidad rodeada de un músculo grueso, donde se recibe sangre y se libera, cada 28 días. Algo comparable al bombeo de sangre del corazón en cada latido, pero mucho más lento. La buena calidad energética de la Sangre regula el funcionamiento correcto de ambos órganos. La función nutritiva de la Sangre también conecta el sistema digestivo a la danza que se desarrolla entre el Corazón y el Utero, y es de vital importancia. Cuando físicamente falta el órgano del útero a causa de una operación, es interesante notar que sus funciones energéticas son cumplidas por otros órganos y se puede reestablecer el flujo del Bao Mai, pero a veces el órgano está allí y ese flujo esta interrumpido, la mayoría de las veces por razones emocionales o mentales.

Para explicarlo mejor, veamos otra perspectiva. En el Ayurveda, la medicina tradicional de la India, hay centros energéticos que se llaman chakras. En mi sistema personal de trabajo, el meridiano del Corazón corresponde al Cuarto Chakra (en el pecho) y el meridiano del Utero al Segundo Chakra (en la pelvis) y también al Tercer Chakra (en el abdomen). El derecho del Cuarto Chakra, es el derecho a amar y ser amada. El del Segundo Chakra, es el derecho a sentir y ser sentida. La relación equilibrada entre ambos es el derecho a “amar lo que siento”, y el derecho a “sentir lo que amo”.

 

¿Cómo descubrís si tu meridano del Corazón-Utero está equilibrado?

1- Visualizá un canal de luz entre el corazón y el útero. Observá en tu imagen cómo es ese canal (fino, grueso, recto, ondulado, etc.), qué color tiene, qué textura, espesor, y cualquier otra cualidad que te venga a la mente.

2- Imagináte que haces el trayecto desde el corazón hacia el útero y además de la imagen de cómo es ese trayecto, notá la sensación.

3- Ahora visualizá el trayecto desde el útero hacia el corazón y también notá la sensación que te da. ¿Es diferente a la anterior? Seguramente sientas alguna diferencia en alguna de las direcciones. Si son iguales y las sensaciones son agradables, tu meridiano del Corazón-Utero esta equilibrado.

 

Si no lo está, veamos algunas opciones: ATENCIÓN: Si en este punto te estas preguntando si sentiste, o no sentiste nada durante el ejercicio, detenéte un momento. Si llegaste a leer todo hasta aquí con atención, ¡YA HICISTE EL EJERCICIO! Por más que hayas pensado que no tenías tiempo de hacerlo ahora, o que lo ibas a dejar hasta más tarde, cuando pudieras cerrar los ojos, estar tranquila y tener un momento para vos, las chances son que si lo dejas para más tarde, no lo vas a hacer.

Esto es una Meditación Activa , algo que podés hacer mientras estas leyendo o haciendo cualquier otra cosa. Con sólo leerlo atentamente, tu mente y tu cuerpo ya lo procesaron y te dieron la información intuitiva que les estas pidiendo. No hace falta volver atrás a repetirlo una y otra vez. Fijate en tu memoria de hace un momento atrás, mientras estabas leyendo, qué imagen te vino a la mente, o qué sensación corporal tuviste. Si no sentiste nada, entonces ésa es la información que tu cuerpo te esta dando.

¿Querés venir a trabajar estos temas en un taller vivencial? El 18 de junio estaremos trabajando con un grupo de mujeres. MAS INFO: PRESIONA AQUI

Por favor, tené en cuenta que esto es una exploración de factores muy sutiles de tu energía que pueden reflejar cosas importantes sobre cómo estas parada en el mundo y cómo te relacionas con la vida. De ninguna manera implica una sentecia de algo que es incambiable, o que necesitas “arreglar”. Te ayuda a tomar conciencia de un estado de las cosas; esto es el primer paso para cualquier trabajo que quieras emprender contigo misma, pero no necesariamente implica que hay un problema, y mucho menos a nivel físico de los órganos.

 

Si es más difícil visualizar en la dirección del corazón hacia el útero:

Muchas veces no amamos lo que sentimos; puedo amar a otro, pero no se activan mis sentidos en el encuentro con el ser amado, o directamente mis sensaciones me generan un conflicto. Mi corazón va por un lado y mi cuerpo por otro. Juzgar si lo que siento esta bien o mal, si es hermoso o feo, inmoral, bajo, indigno, etc., no me permite reconocer mis sensaciones como mías. Desconozco mi rabia, mi tristeza, mi placer, mi deseo, mi alegría, o mi impulsividad y no lo puedo integrar. La compasión por uno mismo es una buena forma de neutralizar ese juicio y poder cambiar esta dinámica.

 

Si es más difícil visualizar en la dirección del útero hacia el corazón:

Otras veces no sentimos lo que amamos; el amor es más expansivo y sutil que las sensaciones, y no siempre es tan claro lo que nos dice el corazón. Es el caso de la persona que siente y disfruta a nivel de sensaciones corporales pero no logra elevarse al amor, permitirse ser amada, o amar a otro. Lo que nos dice la tripa (Segundo Chakra), a veces ayuda a anclar lo que nos dice el corazón y nos ayuda a integrar el amor en nuestras sensaciones y nuestras acciones. Sentir el amor. De alguna manera, actuar con el corazón, o materializar el fruto del amor en nuestras acciones y en nuestro cuerpo.

En esta dinámica participa el Tercer Chakra que es el gran materializador. En este aspecto, tener un hijo es la máxima expresión de la materialización, pero se pueden dar a luz muchas cosas conectándose con la acción creativa. Las exigencias de la vida laboral (donde se premian las cualidades masculinas de las mujeres), algunos aspectos de nuestra educación, la confusión de roles entre mujeres y hombres, la resistencia a madurar, los mensajes nocivos de la imagen de la mujer en la publicidad, experiencias traumáticas (especialmente las sexuales), los abandonos y los sinsabores de experiencias amorosas pasadas, son algunos de los motivos de la desconexión entre el amar y el sentir. En realidad, la lista es infinita, ya que cada persona tiene su motivo y sus tonalidadeds específicas.

 

Sanar la relación entre el Corazón y el Utero crea un canal de comunicación que no sólo une las partes sino que se transforma en sí mismo en una suerte de brújula, antena, giroscopio y barómetro, que orienta, mantiene en equilibrio y da información directa, certera y al instante, de todos los procesos del cuerpo-mente. Es un centralizador del poder de la mujer en su eje más íntimo. Un eje que además la conecta a la Tierra y al Cielo y desde donde su poder amoroso puede extenderse en cada una de las acciones, cosas, o estados de sí misma, que se proponga materializar.-

 

* – Meridiano es un canal por donde fluye la energía (también denominada Chi, Qi, Prana, etc., de acuerdo a diferentes tradiciones). Hay 12 Meridianos Principales que se llaman, por ejemplo; Estómago, Bazo, Riñón, etc., porque de alguna manera están relacionadas con los órganos, pero se escriben con mayúscula para diferenciarlos de los órganos anatómicos, porque en las tradiciones asiáticas, los órganos tienen funciones emocionales, mentales y espirituales, además de las funciones físicas que conocemos en occidente. El meridiano del Corazón-Utero es uno de los 8 Meridianos Extraordinarios, aparte de los 12 principales y en la medicina tradicional china, se lo conoce como Bao Mai.

** Zen Shiatsu es una terapia corporal japonesa que usa presión con los dedos en la superficie del cuerpo, para estimular funciones a nivel físico, emocional, mental y espiritual. Esta basada en la medicina tradicional china, y su teoría y práctica fue ampliada por Shizuto Masunaga en Japón en los años 70 y conocida en occidente con cierto auge en los años 80.

Diego Sanchez es un practicante e instructor de Zen Shiatsu reconocido internacionalmente. Entre el Zen Shiatsu y su sistema de Meditaciones Activas basadas en técnicas de varias tradiciones, ha ayudado a miles de personas a reconectarse con su Ser Interior. Es padre de dos hijas y vive en Uruguay donde da talleres, retiros y sesiones individuales de sanación. Más información en www.diego-sanchez.com.

 

ANOTATE AQUI para el TALLER VIVENCIAL EN MONTEVIDEO

El 18 de junio de 10 a 13hs

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